Esta semana ha sido una de las mas tortuosa de todo el año, más aún al saber todo lo que se viene. Para que mentir al decir que tengo miedo, siento tanta ansiedad que podría morir y aquellos oscuros pensamientos que tanto me asustan vuelven una y otra vez.
La semana ya había comenzado mal y ahora miro lo que se viene y simplemente quiero enterrarme bajo tierra y fingir que soy una patata, ya no quiero llorar más, ya no quiero estar más triste ¿Por qué es tan difícil?
De verdad quiero estar bien, pero mi cuerpo y mente se terminan mandando solo, espero quedarme con las cosas bonitas que han pasado esta semana, con las risas con mis amigas, con los bellos paisajes que he fotografiado para siempre en mi mente, con esos pensamientos dulces que me empalagan la vida, con las conversaciones por teléfono con mi papá y con aquella deliciosa comida que probé con tranquilidad.
La temporada de fiestas debería ser tranquila y llena de paz, pero al parecer aquel caos me dio a entender todo lo contrario, un semestre anormal, problemas por aquí y por allá y yo al medio de todo ese huracán intentando aferrarme a las raíces que quedan de los árboles.
Aun así no todo ha sido malo, claro está, puedo decir que recibí todo y más de lo que le pedí a Santa Claus y en ese momento te das cuenta que en realidad no todo es lo material y que aquel vacío que crece debido a la aparición del estrés no se va.
Como aún no he "abierto" o "probado" realmente mis regalos no hablare mucho de ellos, pienso hacer una entrada especial para ello ya que son cosas bastante divertidas pienso yo.
Ahora realmente espero que esta semana pase tranquila, con más risas que lagrimas, con abrazos de mi mamá y con tardes tranquilas bajo la sombra de los arboles (aunque para ser verano esté bastante nublado).
Adiós a cualquier personita que esté leyendo esto.
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